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Experiencia de intercambio


Carlos Andrés Molina
Ingeniería Química, Facultad de Estudios Superiores de Cuautitlán
Periodo movilidad - 2012


Soy Carlos Molina, y pude realizar un intercambio en University of Western Ontario en Canadá gracias a la UNAM y a la beca Coca-Cola.

Esta experiencia fue una de las más retadoras y gratificantes que he tenido en la vida ya que en la universidad receptora fui el único estudiante de la UNAM que iba a ser aceptado y el único mexicano en la carrera de Ingeniería Química. Esto fue muy bueno ya que tuve que abrirme a conocer a personas de muchas nacionalidades y que en su mayoría no eran hispanohablantes, incluso mis roomies eran iraníes. Descubrí gratamente que las diferencias culturales y lingüísticas son irrelevantes.





Mi universidad estaba localizada en Londres, una pequeña ciudad a 2 horas de Toronto, la cual era completamente diferente a lo que estaba acostumbrado, desde la arquitectura de los edificios, el clima y hasta la manera en que la gente se comporta. Es correcta esa imagen que se tiene de Canadá como un país de gente muy amable y que cumplen sus leyes al pie de la letra. Por ejemplo, cruzar la calle fuera del paso peatonal tiene una multa de 100 dólares canadienses. Recuerdo que cuando salíamos de noche y al ser una ciudad muy pequeña, podíamos movernos caminando en la madrugada del centro de la ciudad al campus donde el único inconveniente era el frío.





El campus de la universidad es impresionante con una combinación de arquitectura moderna y europea clásica. La dinámica de las clases era muy estructurada y para ese momento me sorprendió que se usaban plataformas digitales para compartir el contenido de las clases, tareas y proyectos. Dado que estaba en el curso de Ingeniería Química tuve la oportunidad de tomar varios laboratorios. Puedo decir que la UNAM tiene laboratorios e instalaciones que podían competir con éstas.





Durante mi intercambio tuve la oportunidad de participar en actividades organizadas por el centro internacional de la universidad en la cual pude ampliar mi círculo de amigos y conocer Canadá y su cultura. Así mismo, me hice un grupo de amigos que incluía gente de Francia, Brasil, Alemania, India, Italia y Canadá. Durante este periodo ellos fueron mi familia y pasamos mucho tiempo juntos en fiestas, comidas, viajes e incluso hicimos una cena navideña en la que cada persona llevó un platillo típico de sus respectivos países (yo llevé tacos). Hubo un momento en que se acabó el contrato de arrendamiento del cuarto que tenía dentro del campus y una amiga francesa me ofreció quedarme con ella una temporada.

Tengo que admitir que previo al intercambio tenía muchos nervios y que cuando por fin llegó el día en el que me iba a ir tuve miedo por la incertidumbre de qué iba a pasar. Tuve que volverme autosuficiente y encontrar solución a los retos que iba teniendo conforme iba avanzando en el intercambio y formar conexiones con otros estudiantes de intercambio, compañeros de mi carrera y mis roomies.





Este intercambio cambio mi vida, porque me di cuenta de que cualquier reto que tuviera en frente podía sacarlo adelante, logré abrazar mi identidad y crecer como persona y académicamente me demostré que tenía el nivel para destacar en cualquier universidad extranjera.

También me doy cuenta de que como mexicanos y como estudiantes de la UNAM estamos al nivel de muchas de las mejores universidades del mundo y que podemos, no sólo acreditar los cursos, sino que podemos destacar y ser de los mejores estudiantes.





Lo que puedo decir que es que la movilidad que ofrece la UNAM es una oportunidad que en pocas universidades se ofrece con tantas facilidades y si bien puede ser difícil dar el salto a un entorno nuevo y con bastantes desafíos, es una oportunidad que totalmente vale la pena y que ayuda a desarrollar tanto habilidades académicas como sociales y que finalmente te abre muchas puertas para entrar al mercado laboral. Puedo decir que el intercambio es una experiencia transformadora, cuando regresé a México era una persona nueva ya que descubrí fuerza y seguridad que me ayudaron durante los meses que estuve fuera, antes era un chico tímido e inseguro. Todas estas habilidades me ayudaron mucho después del intercambio a nivel académico, profesional y personal.

Pude aprovechar el intercambio como trampolín para hacer mi servicio social en el Instituto Mexicano del Petróleo y luego hacer una pasantía en GlaxoSmithKline que me llevó a una exitosa carrera en la industria farmacéutica y a trabajar en empresas como Bayer, Procter & Gamble y Johnson & Johnson. Actualmente me desempeño como gerente global de asuntos regulatorios y tengo un equipo de siete personas a mi cargo, dando soporte de sistemas regulatorios a todos los mercados del mundo.